Artículo 2022 Dec 28

Optimice el flujo de trabajo y la prevención de lesiones por presión: automatice el giro lateral de 30º

Hasta un 44% de los pacientes hospitalizados acaban desarrollando lesiones por presión. Las tasas de mortalidad por lesiones por presión son de 2 a 6 veces superiores a las de otras enfermedades, con 60.000 muertes anuales debidas a esta complicación según los NIH. Además, las úlceras por presión son la tercera enfermedad más costosa después del cáncer y las enfermedades cardiovasculares.1 Entre los factores que aumentan el riesgo de desarrollar lesiones por presión se incluyen el estado del paciente, como la movilidad, la percepción sensorial, la obesidad, la diabetes, la nutrición y la perfusión; también factores ambientales como la presión, la fuerza de cizallamiento y la fricción, la acumulación de calor y la humedad.2 Es fundamental implantar dispositivos de intervención adecuados para las lesiones por presión, como sistemas de colchones de reducción/redistribución de la presión para mitigar los riesgos de lesiones por presión, y determinar terapias personalizadas que incluyan procedimientos de giro basados en las directrices y en el resultado de la evaluación del riesgo de lesiones por presión de cada paciente.


Girar regularmente a los pacientes a una posición lateral de 30º reduce la incidencia de úlceras por presión 

El riesgo de lesiones por presión aumenta cuando los individuos inmóviles son incapaces de girarse o moverse voluntariamente. El reposicionamiento de pacientes en estado crítico requiere una cuidadosa consideración y planificación. EPUAP/NPUAP/PPPIA guideline recomienda que girar regularmente a los pacientes a la posición lateral de 30° reduce la incidencia de lesiones por presión en comparación con los cuidados habituales (posición lateral de 90°). Las personas colocadas en decúbito lateral de 90° tenían 3,7 veces más probabilidades de sufrir lesiones por presión que las colocadas en decúbito lateral de 30°. Se recomienda dormir en una posición lateral de 20° a 30° o tumbado en la cama si no está contraindicado para las personas que pueden cambiar su propia posición. En los pacientes críticos que no toleran los giros de incremento, las estrategias de reposicionamiento que deben aplicarse incluyen cambios de peso, amplitud de movimiento pasivo, reposicionamiento de las extremidades, rotación de la cabeza, flotación del talón y giros de ángulo inferior. El uso de estos métodos debe basarse en la tolerancia individual.2



Figura: configuración de la posición de giro lateral de 30°.


El reposicionamiento cada 2 o 4 horas está ampliamente aceptado

Las directrices EPUAP/NPUAP/PPPIA también recomiendan determinar el nivel de actividad del paciente y su capacidad para cambiar de posición para orientar la toma de decisiones de los profesionales sanitarios en cuanto a la frecuencia y la cantidad de ayuda que prestan a los pacientes en el cambio de posición. No existen pruebas claras sobre qué posiciones y frecuencias de cambio de posición concretas son las más eficaces para prevenir las lesiones por presión en adultos.2 El cambio de posición corporal cada 2 a 4 horas está ampliamente aceptado como pauta provisional para las mejores prácticas.3

Optima Turn optimiza el proceso de prestación de cuidados al proporcionar un flujo de trabajo automatizado, redistribuye automáticamente la presión para los diferentes contornos del paciente y mejora el cuidado y el confort del alivio de la presión de todo el cuerpo mediante una mejor inmersión y envoltura. Los cuidadores pueden implementar ciclos de giro automatizados con frecuencias personalizables (10, 20, 30 o 60 minutos) y ángulos (10, 20 o 30 grados). Esto reduce significativamente el tiempo y el coste del cuidado de heridas en los hospitales. Además, la función de giro automático reduce significativamente la complejidad del procedimiento de giro del paciente y la carga de trabajo del personal de enfermería con una intervención manual mínima, lo que resulta muy útil especialmente en entornos de cuidados críticos.


References

1. Afzali Borojeny, L., Albatineh, A. N., Hasanpour Dehkordi, A., & Ghanei Gheshlagh, R. (2020). The Incidence of Pressure Ulcers and its Associations in Different Wards of the Hospital: A Systematic Review and Meta-Analysis. International journal of preventive medicine, 11, 171. https://doi.org/10.4103/ijpvm.IJPVM_182_19

2. National Pressure Injury Advisory Panel. (2019, March 13). Pressure Injury Prevention--Repositioning Frequency. Npiap.com. https://npiap.com/store/viewproduct.aspx?id=14123202

3. Schindler, C. A., Mikhailov, T. A., Kuhn, E. M., Christopher, J., Conway, P., Ridling, D., Scott, A. M., & Simpson, V. S. (2011). Protecting fragile skin: nursing interventions to decrease development of pressure ulcers in pediatric intensive care. American journal of critical care : an official publication, American Association of Critical-Care Nurses, 20(1), 26–35. https://doi.org/10.4037/ajcc2011754