Giro y posicionamiento: Pasos vitales para la redistribución de la presión

El reposicionamiento debe garantizar la descarga óptima de todas las prominencias óseas y la máxima redistribución de la presión.

Importancia del giro y la posición

Ninguna superficie de apoyo puede proporcionar un alivio completo de la presión, ya que siempre se ejerce presión sobre alguna zona de la piel. Por lo tanto, los giros y los cambios de posición para redistribuir la presión deben producirse con regularidad. La frecuencia de los giros puede variar en función de la capacidad de redistribución de la presión de la superficie de apoyo; no obstante, la respuesta de la persona a la presión debe guiar siempre la frecuencia de los giros. Los individuos de alto riesgo con mala tolerancia tisular pueden requerir giros más frecuentes. 

Consideraciones para el giro y el posicionamiento: Directrices generales

1. Compruebe los puntos de presión: Asegúrese de que todos los puntos de presión se descargan adecuadamente comprobando que las zonas de presión reciben el alivio previsto. En decúbito lateral, descargue la zona sacrococcígea sin ejercer presión sobre el trocánter.
2. Educación para el autoalivio: Enseñar a las personas que pueden proporcionar parte o todo su propio alivio de la presión a recolocarse correctamente y realizar «elevaciones de alivio de la presión» u otras maniobras.
3. Cuidado de los talones: Preste especial atención a los talones, que pueden estar continuamente expuestos a la presión incluso con cambios de posición frecuentes. Consulte las directrices sobre lesiones por presión en los talones para obtener recomendaciones específicas.
4. Pacientes ventilados: En individuos sedados y ventilados, especialmente neonatos y lactantes, reposicionar frecuentemente la cabeza.
5. Dispositivos médicos: Evite colocar a la persona directamente sobre dispositivos médicos como tubos o sistemas de drenaje. Consulte las recomendaciones pertinentes en las directrices sobre lesiones por presión relacionadas con dispositivos.

Giro y posicionamiento para personas con lesiones por presión

1.Lesiones por presión existentes: Evitar posicionar al individuo sobre prominencias óseas con eritema existente no blanqueable. 2. 2. Posiciones preferidas: Utilice la posición de decúbito lateral a 30° en lugar de la posición de decúbito lateral a 90°. Animar a los individuos que puedan recolocarse a dormir en una posición de 20° a 30° de decúbito lateral o tumbados en la cama si no está contraindicado. 3. Elevación de la cabecera de la cama: Para minimizar la presión y el cizallamiento, se recomienda mantener la cabecera de la cama lo más plana posible. Evite elevarla más de 30°, especialmente en personas en estado crítico con alto riesgo de lesiones por presión, ya que las elevaciones más altas aumentan la presión de interfase en el trocánter y el sacro.  4.Prevención del deslizamiento: Evite deslizarse hacia abajo en la cama flexionando las rodillas y utilizando almohadas bajo los brazos. Esto ayuda a evitar las fuerzas de cizallamiento y la carga de peso sobre el sacro y/o el cóccix. 5. Posiciones para comer: Para las personas con una lesión por presión en el sacro y/o el cóccix, sentarse erguido en un lado de la cama mientras se come puede ser una mejor opción. Asegúrese de que los sistemas de cama integrados que se transforman en una posición de silla no ejercen presión directa sobre la lesión.

Pasos para girar y posicionarse

1. Evaluación: Antes de cambiar a la persona de posición, evalúe su posición actual y los puntos de presión.
   
2. Levantar, no arrastrar: Al cambiar de posición, levante a la persona para evitar que se arrastre, lo que puede provocar fuerzas de cizallamiento y aumentar el riesgo de lesiones cutáneas.
   
3. Descarga óptima: Coloque a la persona de forma que descargue la presión de las prominencias óseas y distribuya la presión uniformemente.
   
4. Utilice dispositivos de apoyo: Utilice almohadas, cuñas y otros dispositivos de apoyo para mantener la nueva posición y descargar las zonas de presión.
   
5. Control periódico: Compruebe con frecuencia el estado de la piel de la persona y la eficacia de la redistribución de la presión. Ajuste la frecuencia y el método de reposicionamiento según sea necesario en función de la respuesta de la persona.